La casa El Gavillero se desplanta en medio de un campo de alfalfa en una superficie prácticamente plana, permitiendo ubicar la edificación de la manera más adecuada respondiendo al asoleamiento, vientos y vistas dominantes. De esta manera se plantean dos ejes sobre los cuales se desarrolla el programa de la casa. En el eje oriente-poniente son las actividades públicas, tales como la estancia, comedor, terraza, cocina, servicio y estacionamiento. En el eje norte-sur se desarrollan todas las actividades privadas. Es decir, las recámaras y zona de descanso más privativas. La intersección de estos dos ejes genera un vestíbulo que articula los dos volúmenes dando el acceso principal a la casa y generando una sutil distribución a los diferentes espacios. Una Arquitectura sensible ante las necesidades del habitar humano con variación en alturas, orientación y materialidad que dan respuesta a su entorno natural.